La informática dio un fuerte impulso a los laboratorios científicos que cada vez con mayor velocidad van aportando datos sorprendentes de la tierra y sus especies. La hipótesis de la existencia de Zealandia, un continente sumergido bajo Nueva Zelanda sorprendió en estos días. También el bautismo del Oceáno Austral por parte de la National Geographic, asumido por tres países en una comunicación oficial en defensa de la ecología de la Antártida. Un mapa de la temperatura en las dorsales oceánicas indicó que las uniones de las placas tectónicas hay 1300 grados de calor constante. También sorprendió el cálculo de vida de los tiburones de Groenlandia, un vertebrado que puede alcanzar los 500 años.
“Se trata de un fragmento oculto que data de 1.300 millones
de años. El descubrimiento está ayudando a los científicos a averiguar la
historia del misterioso "continente perdido", reportó National
Geographic.
La formación aparece en el Parque Nacional Fiordland y en
total, en cinco millones de kilómetros cuadrados (Km2) en las costas
orientales. “Es el continente más sumergido, más delgado y más joven que se haya
encontrado hasta el momento”, dice la prestigiosa publicación estadounidense.
Grande como la India, el 94% de su territorio se sumergió
bajo el mar hace más de 70 millones de años, en coincidencia con la formación del
Cinturón de Fuego del Pacífico.
"Los continentes son como icebergs", afirma el
autor del estudio Keith Klepeis, geólogo estructural de la Universidad de
Vermont. "Lo que ves en la superficie no es realmente la extensión total
de la bestia".
El estudio presentado en la revista Geology, dice que
Zealandia “fue una antigua parte del supercontinente de Gondwana” destacando
que el hecho de “estar tan sumergido pero sin fragmentar lo convierte en un
miembro geodinámico útil y que invita a la reflexión a la hora de explorar la
cohesión y la ruptura de la corteza continental”.
Otros piensan que en realidad es prematuro afirmarlo porque
“la mayoría de los continentes tienen un núcleo de roca conocido como cratón,
una especie de núcleo geológico de al menos mil millones de años de antigüedad
que actúa como una base estable”, expone la publicación de NG.
El geólogo paraguayo, Jaime Báez, discrepa en que se trate de un continente: “Cuando se realiza un análisis del tipo de comportamiento de las ondas sísmicas S en Nueva Zelandia lo que se ve es que se reproduce un registro muy lento de la velocidad de propagación y que se asemeja a cinturones jóvenes. El entorno de Nueva Zelanda es marcado por terremotos e islas volcánicas, algo típico de continentes jóvenes o demasiado jóvenes. Definitivamente Nueva Zelanda no es un cratón y no lo fue”, sostiene dejando en claro que no cree en este “descubrimiento”.
Recuerda que en América del Sur el mayor cratón es el del
Rio de la Plata (entre Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil) junto al
reconocido del Amazonas, “gigante pero formado de dos pequeñas islas de
cratones del Arqueozoico rodeados de masas continentales que se aglutinaron hace
unos entre mil y dos mil quinientos millones de años.
Báez recuerda que “los cratones del Arqueozoico son
especiales y de alto interés económico porque en ellos se hospedan los mayores
depósitos de diamante, oro, platino y otros bienes minerales. Esto hiso famoso
a Sudáfrica. Esto también da a Paraguay el sello de país con diamantes y
abundante oro”.
Nick Mortimer de GNS Science de Nueva Zelanda y su equipo admitieron
la ausencia de cratón en su estudio, pero afirman que en Zealandia se tienen
indicios de rocas más antiguas, incluidos fragmentos del manto tan antiguos
como 2.7 mil millones de años.
Por eso hicieron un nuevo estudio sobre 169 muestras de
rocas del sur de Nueva Zelanda y las islas Stewart, las trituraron y
clasificaron los granos por densidad y magnetismo hasta que todo lo que quedó
fue arena fina, en su mayoría cristales de circonio, cuya antigüedad ronda los 1.300
millones de años.
Aun así sigue siendo demasiado joven. África, Europa, Asia,
Australia, América del Norte, América del Sur, y la Antártida tienen rocas
anfitrionas de más de 3 mil millones de años.
Otra pesquisa del geofísico Rupert Sutherland de la Universidad
Victoria de Wellington, encontró en 2020 evidencias de que algunas regiones de
Zealandia se elevaron incluso por encima del nivel del mar hace alrededor de
entre 50 y 35 millones de años. Posteriormente, toda la región se hundió al menos
un kilómetro.
Un nuevo Océano
El 8 de junio pasado, en ocasión de conmemorarse el día
mundial del Mar, la National Geographic Society develó la existencia del océano
Austral a la que incluirá en sus mapas como el quinto de los grandes mares del
planeta.
“El océano Austral ha sido reconocido por los científicos
durante mucho tiempo, pero como nunca hubo un acuerdo internacional, nunca lo
reconocimos oficialmente”, contó Alex Tait, geógrafo de la National Geographic
Society. “Esta denominación que ahora se oficializa, es un asunto geográfico”,
dice Tait, “Este cambio fue dar el último paso y decir que queremos reconocerlo
por su separación ecológica”.
Seth Sykora-Bodie, científico marino y explorador citado por
la publicación de la academia estadounidense, dijo a su turno: “Cualquiera que
haya estado allí tendrá dificultades para explicar qué tiene de fascinante,
pero todos estarán de acuerdo en que los glaciares son más azules, el aire más
frío, las montañas más intimidantes y los paisajes más cautivadores que en
cualquier otro lugar al que puedas ir”, apuntó
Por su parte, la bióloga destacada marina y exploradora de
National Geographic, Sylvia Earle, elogió la actualización cartográfica. “Si
bien hay un solo océano interconectado, es loable que National Geographic haya
reconocido oficialmente el cuerpo de agua que rodea la Antártida como el océano
Austral“, expuso. “Bordeado por la formidablemente veloz corriente circumpolar
antártica, es el único océano que toca a otros tres y abraza completamente un
continente en lugar de ser abrazado por ellos“.
El artículo da cuenta de que se habría establecido hace unos
34 millones de años, cuando la Antártida se separó de América del Sur.
“Con aguas más frías pero menos saladas, el caudal fluye de
oeste a este alrededor del continente helado, en una amplia banda fluctuante
centrada aproximadamente en una latitud de 60 grados sur, línea que ahora se define
como el límite norte del flamante, océano Austral”, apunta.
Por su parte, los diputados argentinos Alberto Asseff y Héctor
Stefani reaccionaron pidiendo informes “acerca de la “decisión” de facto
adoptada el pasado 8 de junio del 2021 –con ocasión de haberse celebrado en esa
fecha el “Día Mundial de los Océanos”,- por la asociación privada Sociedad
Nacional Geográfica (National Geographic Society ó NGS), declarando
unilateralmente que la masa de agua salada que rodea a todo el Continente
Antártico, incluyendo al Sector de la Antártida Argentina es un océano
independiente del Atlántico, del Índico y del Pacífico, al que bautizaron con
el nombre de “Austral”.
Los legisladores se mostraron temerosos y advirtieron de un potencial peligro geoestratégico y “la consiguiente posible pérdida de parte de recursos naturales en caso de imponerse tal decisión inconsulta con Argentina… Por último cabe consignar que la NGS, domiciliada en Washington, D.C., Estados Unidos de América, es apenas una entidad privada sin fines de lucro, por lo tanto no tiene derecho a cambiar la denominación y los limites soberanos de nuestro territorio nacional”, dijo
Sin embargo, el canciller argentino, Felipe Solá, firmó una
carta conjunta con Teresa Ribera, vicepresidenta de España, y Andrés Allamand,
Ministro de Relaciones Exteriores de Chile admitiendo la denominación.
En la misiva pidieron “asegurar el acto de protección
oceánica más grande de la historia en octubre de 2021 cuando los miembros de la
Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos
(CCRVMA-CCAMLR) se reúnan para impulsar la protección del Océano Austral en
casi 4 millones de km2. a través de la creación de tres áreas marinas
protegidas: En la Península Antártica, en el mar de Weddell y en la Región Antártica
Oriental”, reclamaron.
“Muchos ni siquiera lo saben, pero sus aguas incluso afectan
el aire que respiramos. El Continente Antártico contiene aproximadamente el 90%
del volumen total de hielo del mundo y alrededor del 77% del agua dulce del
planeta, siendo fundamental para estabilizar nuestro clima y hacer circular los
nutrientes vitales que sostienen las poblaciones de peces y otros organismos
marinos en todo el mundo”, comienza diciendo el texto.
“El Océano Austral elimina grandes cantidades de dióxido de
carbono de la atmósfera cuando el kril – pequeñas criaturas parecidas al
camarón – absorben el carbono al consumir microalgas y lo excretan hacia las
profundidades, en donde es reutilizado por otros organismos en el fondo
marino”, agrega.
Da cuenta luego de cómo el calentamiento de las aguas viene
amenazando a “su asombrosa vida silvestre con pingüinos, focas, ballenas,
albatros, que luchan por adaptarse a los rápidos cambios en su hogar. La
situación es urgente”, indicaron.
Mapa de las dorsales océanicas, las "costuras" del planeta |
Calor interior
Científicos analizaron las costuras submarinas de nuestro
planeta, las dorsales oceánicas, para conseguir un mapa de la temperatura del
interior de la Tierra, una herramienta que consideran de gran importancia.
Las dorsales constituyen un sistema de volcanes submarinos
que abarca más de 70 mil kilómetros de longitud. Allí, en esas “costuras” entre
las placas que conforman la Tierra, se da una temperatura constante de 1350 ºC,
reveló el estudio.
Indicó a su vez que hay "puntos calientes" que
alcanzan los 1600º, comparables a la lava más hirviente.
La autora principal del estudio, Stephanie Brown Kerin, del
Instituto de Tecnológico de Massachusetts (MIT, su sigla en inglés) dijo: “Conocer
la temperatura a lo largo de toda esta cadena es fundamental para entender el
planeta como un motor térmico y cómo la Tierra podría ser diferente de otros
planetas y capaz de sustentar la vida", añade.
NG reseñó que se analizaron datos de 13.500 muestras de un
vidrio volcánico marino, mediante un algoritmo que permite “rastrear” la
historia química de una roca en el tiempo.
Jorge Zárate
El tiburón de 500
años
que vive en
Groenlandia
Es ciego y vive en las heladas profundidades del Mar Artico.
Crece solamente un centímetro al año y llega a medir hasta 6 metros de largo
cuando alcanza la madurez sexual. Es tímido y esquiva los contactos con
humanos, se orienta usando el campo magnético de la tierra como sus parientes
del trópico.
Es el tiburón de Groenlandia, el vertebrado más longevo del
planeta, según un estudio conducido por Julius Nielsen, biólogo de la
Universidad de Copenhague que determinó que tiene una esperanza de vida de un
mínimo de 272 años y un máximo de 512 años.
Según el estudio publicado por la revista Science, el cristalino
de los ojos de los tiburones crece año a año y se puede leer en ellos como en
la corteza de los árboles.
Por ello, Nielsen y equipó analizaron los ojos de 28
ejemplares y se dieron con uno que tenía 392 años. “El secreto detrás del éxito
de este estudio es que teníamos animales jóvenes y viejos, animales medianos y
grandes, y podíamos compararlos a todos”.
El equipo cree que las bajas temperaturas le permiten
desarrollar un metabolismo muy bajo que sería la fuente de su longevidad,
aunque la investigación sigue en curso.
La pesca industrial es la mayor amenaza que enfrentan: “Los
de Groenlandia son unos de los tiburones carnívoros más grandes del planeta y
su función como superpredador en el ecosistema ártico se ha pasado
completamente por alto. Miles de ellos acaban capturados accidentalmente por
todo el Atlántico norte, por lo que espero que nuestro estudio sirva para
prestar una mayor atención a esta especie", reclamó Nielsen.
Links
GSA
Today - Zealandia: Earth’s Hidden Continent (geosociety.org)
¿Lo
conoce? Zealandia: el octavo continente sumergido en el Pacífico (semana.com)
El
tiburón de Groenlandia es el vertebrado más longevo del planeta
(nationalgeographic.com.es)
National
Geographic reconoce un nuevo océano para el mapa mundial (forbes.com.mx)
2 comentarios:
Excelente artículo, muy bueno para ir sabiendo más acerca de estos fenómenos naturales y su implicancia climática global.
Muchas gracias por comentar... Saludos...
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