Hasta el 17 de octubre próximo se puede ver en la Alianza Francesa la muestra del fotógrafo Lanto’oy Unruh, un primer registro de las festividades de las comunidades Enlhet y Toba-Enenlhet, todo un hito histórico para ellos. Esta iniciativa, impulsada por el artista, la chef Rosa López y Manolo Romero, representa no solo un testimonio visual, sino también un esfuerzo por preservar y revitalizar las tradiciones de un pueblo que enfrenta desafíos en la conservación de su herencia y clama por su visibilización.
Lanto’oy Unruh y algunas de las fotos en exposición |
Ella está envuelta en collares en una imagen conmovedora en la que se ve a la niña con el maquillaje ritual esperando que, la ceremonia que encabeza la abuela, le abra el paso a ser considerada una mujer.
Una vez
cumplido el ritual, ocurre el Sevalaq o Savalak, dependiendo la etnia chaqueña que
la nombre, una danza que corona la celebración en la que hombres pintados,
cubiertos por máscaras emplumadas, convocan lo mejor para ellos y los suyos.
Ya después se
celebrará el Maaneng, la fiesta total del pueblo en la que todos bailan
abrazados agradeciendo la vida.
Fueron
producidas en enero de este año, cuando el fotógrafo Lanto’oy Unruh registró el
Maaneng, de la comunidad Toba Maskoy de Casanillo, Presidente Hayes, organizó para
celebrar una ceremonia de iniciación de mujeres, rito que se da cuando las
menores cumplen 15 años.
Al verlas en gran tamaño, surgió la idea de montar “Maaneng: Una festividad de Saberes y Sabores Ancestrales”, muestra que está habilitada en la Alianza Francesa, sita en Mariscal Estigarribia 1039 de esta capital, hasta el 17/10.
Visibilización
Unruh que es también
pintor, ilustrador digital y diseñador gráfico, entiende que esta primera
muestra individual tiene la virtud de ayudar a su pueblo a “visibilizarse”.
Es que en
Yalve Sanga, Boquerón, la comunidad en la que reside, actualmente luchan para
que el gobierno los asista con agua, porque los camiones de 20 mil litros que
envían esporádicamente para atender la emergencia, no alcanzan a llenar los más
de 60 aljibes que tiene la comunidad ubicada a 30 kilómetros de Loma Plata, a
429 de esta capital.
Cuentan que
antes tenían cultivos, pero que las frecuentes temporadas de sequía le
imposibilitan seguir desarrollando una agricultura de subsistencia. “Hay un
poco de ganadería en la comunidad”, cuenta explicando que la mayoría trabaja en
estancias de la zona para poder mantenerse, aunque en general las tareas son de
temporada.
“Invito al público
a valorizar la tradición de los pueblos indígenas eso es lo más importante para
nosotros. Porque siempre hay discriminación y eso. Somos seres humanos,
merecemos consideración y respeto de nuestros derechos”, reclama.
Lanto’oy agradeció
especialmente a Manolo Romero del Colectivo Ennengko’o, escritor de la comunidad
Pozo Amarillo, Toba-Enenlhet y a la chef, Rosa López, especializada en
alimentos tradicionales que estudia en Francia y es gran promotora de los
ingredientes chaqueños.
Romero recordó: “Nuestra
cultura perdurará mientras mantengamos vivas nuestras tradiciones”, dijo el
gestor cultural que estuvo a cargo de los permisos para que el registro se
lleve a cabo y que la exposición sea una realidad.
Sabores tradicionales
Raíces Vivas es un colectivo de personas “que trabajamos en el rescate de los recursos culturales que tenemos en el país y gestamos esta exposición principalmente en torno a los saberes y los sabores ancestrales, porque también trabajamos con alimentación, ya que en estas fiestas se bebe chicha y se comen también alimentos tradicionales y aquí también están presentes productos elaborados con esos alimentos como por ejemplo ají del monte, también la harina de algarrobo, y otros frutos como el de la tuna, el mistol”, comentó Julia Pineda, de la organización.
Los productos de Tucos Factory, una empresa que les compra a las comunidades indígenas sus producciones y elabora mermeladas de Mistol y Tunas, por ejemplo, aparecen expuestos en la muestra que también reúne arte plumario y cestería de los pueblos Enlhet y los Toba-Enenlhet.
Pineda dijo estar agradecida “a los Fondos de Cultura 2024 por apoyar este proyecto y otros más que vienen en camino. Y que esperamos a todas las personas que vengan a conocer estas culturas, porque este es un primer registro de esta festividad desde la mirada local de quienes son parte de estas tradiciones”.Hablando sobre el
tema, Adeline Friesen Wiens responsable de Tucos Factory contó en una
entrevista a Nación Media que se trata de “una empresa pequeña” que le permite
“comprarle a las comunidades y hacer más visibles los productos para que puedan
crecer las actividades en torno a las frutos del monte chaqueño”, resumió.
“Trabajamos con mujeres indígenas urbanas de Filadelfia, que son las que
elaboran las mermeladas, por ejemplo. También hacemos harinas de algarroba y
procesamos el ají del monte. Si tenemos suerte este año estaremos elaborando
entre 10.000 a 12.000 frascos de mermeladas”, contó. “Por el momento, la mayor
venta es en Filadelfia, donde vendemos en pequeños locales desde 2020 y recién
hace seis meses estamos en supermercados como Casa Rica o Los Jardines. Nos
falta trabajar más en el marketing para que puedan conocer trabajos y productos
que estamos elaborando y hacer saber que cada producto que vendemos mejora la
calidad de vida de estas mujeres que integran un grupo con mucha
vulnerabilidad”, apuntó en la oportunidad.
Intercambio
Para la chef,
Rosa López, especializada en alimentos tradicionales que estudia en Francia y
es gran promotora de los ingredientes chaqueños "explorando
las culturas ancestrales de nuestro país, comprenderemos lo profundo de nuestra
herencia cultural. A
través de este hito histórico, esperamos construir puentes entre culturas y
fomentar un diálogo intercultural que enriquezca nuestra sociedad", apuntó.
Jorge Zárate
Fotos de Néstor Soto y Lanto’oy Unruh
Una comunidad modelo
En Casanillo,
donde Lanto’oy Unruh tomó las imágenes de la muestra, el pueblo Toba Maskoy,
también conocidos como Enenlhet, trabajan en forma comunitaria y asociativa
para el sustento de sus familias.
En dicha
comunidad, ubicada en el distrito Teniente Irala Fernández, departamento de
Presidente Hayes, a 390 kilómetros de Asunción, los indígenas entre todos crían
vacas, que es una práctica histórica en el Chaco paraguayo.
Tienen escuela, unidad de salud familiar, caminos, corrales, alambradas, tractores y camiones comunitarios y un almacén de consumo. También se destacan por la organización de sus mujeres que ayudan en las iglesias, comisión de salud, de educación en los consejos comunitarios y en el trabajo social que se practica.
Es fundamental la
tarea de la radio comunitaria 90.3 FM, que transmite en su lengua y poseen un campo
deportivo para la recreación y la integración.
Gran parte de la historia está recopilada
en el libro “Toba Maskoy, en busca de la liberación” que fue el primero de
narrativa del escritor indígena Luis Leiva, su autor, la primera en prosa
presentada por un indígena en el país en marzo de 2021.
Lanto'oy' Unruh - Artista
Visual. (@lantooyunruh) • Fotos y videos de Instagram
Luis Leiva y la historia de la comunidad Casanillo - Espectáculos - ABC Color
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