21 de octubre de 2024

Un recuerdo de las hazañas de la juvenil de rugby en los años 92/93

 

Los jóvenes “Yakarés” se alzaron con dos campeonatos mundiales de la serie B de manera consecutiva, en un logro que nunca volvió a repetirse. Aquí tres protagonistas de aquellos torneos recuerdan esos días con nostalgia y alegría. También ofrecen sus puntos de vista para intentar ir por nuevas conquistas en el deporte.

Rodrigo “Mazizo” Torres, el popular conductor de “Animales de Radio” por FM Montecarlo, jugador de aquel equipo lo cuenta en primera persona: “Hablar de Madrid 1992 significa realmente algo muy especial para mí porque el campeonato mundial obtenido con la Sub 20 de la selección paraguaya de rugby es uno de esos regalos que te da la vida sin que te des cuenta y lo tenés que aprovechar a un 100%. La alegría llegó justamente cuando viene el pitazo final del partido que fue contra Marruecos y ahí es como que te cae la ficha de todo el esfuerzo”, recuerda.

Rodrigo Giménez fue el capitán del equipo del 92: “Es difícil hablar hoy en día, nosotros jugamos otro deporte prácticamente. El rugby en aquella época era amateur y nuestra preparación era muy distinta a la que es hoy. Pero sí como capitán te puedo decir que realmente lo que marca la diferencia en una cancha es lo que lo que puedas dejar dentro de ella. Nosotros éramos un grupo humano excelente y eso pudimos replicarlo dentro de la cancha, o sea dejábamos todo lo que teníamos, salíamos, ganábamos o perdíamos el partido, pero salíamos satisfechos de haber dado todo lo que podíamos”, resume.

Ariel Felippo también integró aquel team ganador: “Lo primero que me viene a la mente es lo confiados que fuimos a la gira y al torneo en nuestras habilidades y posibilidades de éxito. Creo que ese estado mental fue fruto del excelente proceso de preparación del equipo. Muy “caraduras” fuimos a ganar y se dieron los resultados”, dice.

Grupo humano y esfuerzo

Para los tres, la clave estuvo en el grupo humano y la gira de preparación que los consolidó táctica y técnicamente para afrontar la competencia.

Antes de arribar a Madrid, jugaron un importante partido de preparación en Bruselas contra la selección de Bélgica, para pasar luego a una gira por cuatro ciudades de Francia donde llegaron a jugar contra la juvenil de París. Cuenta Mazizo: “A partir de ahí nos fuimos a Madrid, de verdad, que es donde arrancó la historia y comenzamos a trabajar partido por partido, pero siempre con una fe y una confianza enorme en el equipo que en mayoría estaba integrado por jugadores de los pocos clubes que había en aquel momento que eran el San José; Curda; Old Kings; Santa Clara; Cristo Rey; Asunción, los clubes tradicionales en esa época”.

Rodrigo Giménez
Felippo recuerda que “el poder jugar juntos, entrenamos durante casi un año y la gira en Europa afianzaron al equipo no solamente rugbísticamente si no también como grupo humano. La combinación de esos factores con los excelentes preparadores técnicos que tuvimos Francisco Armadans, Alberto Daher, Carlos Zelarrayán y Jean Pierre Yuancich para mí fue la clave del éxito”, memora.

Para Giménez además del “grupo humano excepcional, sobre todo hubo una preparación muy especial y dedicada para lo que eran esos años en los que no existía el profesionalismo en el rugby”.

Orgullo y felicidad

Torres dice que “fueron jornadas maravillosas la que vivimos en cada partido, cada día que pasaba, cada compañero de habitación que teníamos en cada hotel diferente. Y, sobre todo, cuando estábamos recibiendo el premio como campeón de la categoría “B”, que te da derecho a ir a la categoría “A” donde están los Pumas (Argentina), Francia, Sudáfrica, entre otros. Y cuando nos llamaron para recibir la copa se pusieron de pie de las selecciones de Argentina y de Francia que fueron los finalistas de la A en aquel momento y comenzaron a aplaudirnos”, cuenta.

Ariel Felippo e hijo
Surge en el diálogo la pregunta de por qué no volvieron a repetirse actuaciones a ese nivel.

Mazizo entiende que “esas fueron muy buenas selecciones, las del 92/93 son camadas con muy buen rugby y la otra gran verdad es que nuestro rugby sigue siendo amateur”, por lo que la cuestión económica juega un rol.

Para Giménez “no pudo repetirse una hazaña como esta porque nunca más Paraguay preparó con tanto tiempo y con tanto énfasis equipos juveniles” y Felippo en coincidencia considera que “la falta de esos procesos largos, pacientes y continuos hizo que no se pudiera capitalizar. Hubo cambios en la dirigencia y mezquindades e intereses particulares desviaron la atención y no aprendimos de lo que hicimos bien (y mal)”.

Torres recuerda el apoyo del gobierno de Andrés Rodríguez que les facilitó un avión de Líneas Aérea Paraguayas (LAP) “en el que fuimos de Asunción a Dakar y de allí a Madrid y una vez que hicimos tierra en el aeropuerto de Barajas, toda la gira hicimos en tren normal, no el tren de alta velocidad que existe hoy día. Nosotros hicimos de Madrid a Bruselas en tren y de Bruselas a las cuatro ciudades que estuvimos en Francia, todo en tren, y en Francia volvimos nuevamente en tren a Madrid y ahí jugamos el Mundial. Y después volvimos en un vuelo directo”, memora.

A futuro

Al pedirles un diagnóstico sobre el presente Ariel Felippo entiende que se está “en un momento complicado. Desde la Unión de Rugby del Paraguay (URP) están haciendo esfuerzos para promocionar y mejorar en el nivel superior (selecciones y franquicia profesional) pero descuidando a los clubes y por ende nuestros semilleros”, considera.

“Para mí no es un problema de “jugador”, es de dirigentes. Así como para preparar un pilar, un medio apertura o un wing se necesitan aprender y entrenar habilidades específicas, también se deben enseñar y preparar a los dirigentes. Fortalecer a los clubes en su institucionalidad para que luego estos puedan desarrollar a las bases”, propone.

Para Rodrigo Giménez el rugby nacional “está bien en los últimos tiempos, pero está sufriendo un atraso de un abandono a nivel dirigencial de casi 20 o 30 años. Entonces la maquinaria recién se está empezando a mover y nos estamos poniendo a tono con lo que son los nuevos tiempos, con lo que son los planes de alto rendimiento, trabajar con las juveniles con más intensidad en la parte física, en la alimentación, en todo lo que implica un jugador en forma integral, que es la nueva onda que viene”, comenta.

“Creo que tenemos que fortalecer los clubes, donde la gente vaya al club a divertirse, a hacer amistades, a pasar un buen momento y desde ahí van a salir los chicos o los jugadores que realmente quieren hacer la carrera de rugby profesional. Son claves para captar jugadores, porque no todos los chicos tienen las ganas, las necesidades ni el hambre de volverse profesionales que implica entrenar prácticamente todos los días”, entiende.

Mazizo Torres coincide: “Creo que el gran secreto siempre va a estar en las inferiores que hoy están trabajando mucho. El rugby es hoy un deporte muy global ya que en nuestra época era Argentina, Uruguay y después el tercero mejor de Sudamérica era Paraguay o Chile. En los ´90 no existían Colombia, Brasil, Venezuela, pero hoy por hoy todos juegan y todos tienen un muy buen nivel. O sea, la vara hoy día está muy alta”, insiste.

“Algo muy importante que está haciendo la URP ahora es organizar torneos con algunas provincias de Argentina para que no seamos siempre los mismos equipos jugando entre nosotros. Se está jugando con equipos de Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa y eso es muy bueno porque tenés un roce internacional, sobre todo con Argentina que es una cuna importante de rugby, es el país más referencial del deporte en la región y llegar a los logros que llegaron es bastante difícil”, concluye señalando.

Con la oreja “colgando”

Rodrigo "Mazizo" Torres
El campeonato mundial juvenil de Rugby de 1992 dejó un ramillete de anécdotas que suelen recrear los miembros del equipo campeón. Sin embargo, un episodio del juego final destaca a  Rodrigo “Mazizo” Torres que lo cuenta así: “Es muy diferente jugar acá que tener el roce con la gente de Europa y África, sobre todo dos equipos que fueron muy difíciles, Túnez y la final contra Marruecos, durísima. Faltaban 10 minutos para que termine el partido y en un “ruck” (formación en defensa de la pelota) quedé en el piso y recibí un pisotón en la oreja que prácticamente me la dejó colgando”.

A pesar del dolor, había que seguir en la disputa de la final: “Nunca había sentido un dolor tan importante como ese, no podía hablar, entraron los médicos y yo no podía responderles qué me pasaba…  Y ¿qué hizo el médico? ¿Qué decidieron los técnicos? Nada, en vez de cambiarme, me vendaron con cinta y el técnico francés me dijo que jugando el partido iba a estar más despierto…lo que hizo el técnico fue concentrar mi furia en seguir metiéndole puro huevo el resto del partido hasta que terminamos y salimos campeones”, apunta.

“Festejamos un poco y me tuve que ir al hospital para que me cosieran, me vuelvan a colocar la oreja, mientras la mayoría de los perros estaban afuera esperando, aplaudiendo, tirando fuerzas”.

Jorge Zárate

Dos equipos ganadores

La selección M19 de 1992, viajó por invitación de FIRA (Federación Internacional de Rugby Amateur) a Madrid, España, a participar del 24.º Campeonato del Mundo Juniors, en la categoría B (en la categoría A se encontraban equipos de gran calidad como Francia, Argentina, Italia, España, Uruguay y otros).

Jugaron contra Suiza, Túnez, Andorra y la final contra Marruecos y se consagraron Campeones por primera vez para el Paraguay.

Integraron el equipo Jesús Mereles (pilar), Jorge Reyes (hooker), Rodrigo "Mazizo" Torres (pilar), Juan "Anchi" Campos (2.ª línea), Ramon "Monchi" Amarilla (2.ª línea),Rodrigo "Melón" Giménez (Capitán y ala), Leo Cuevas (octavo), Pedro Gutiérrez (ala), Gabriel "Negro" Riveros (medio scrum), Nestor "Caio" Arrua (apertura), Pablo Pappalardo (inside centro), Oscar "Cacheto" Cano, Vicente "Vico" Martínez (wing), Hugo Torales (2 wing) y Rodrigo "Uru" Volpe. Diego Ermakoff, Nicolas Urrutia, Ariel Felippo, Gustavo Doldan, Rodolfo Bittar, Julio Lovera, Santiago González, Angel Borja, Ricardo Ovelar, Christian Noguera, Víctor Páez, Julio Cardozo, Nelson González.

Un año después (Francia - Lille - 1993), la FIRA reestructura su 25.º Campeonato Mundial de Rugby M19 creando las categorías B2, B1 y A. Paraguay permaneció en la categoría B1; y, con una gran mayoría de jugadores protagonistas de la hazaña anterior (1992), nuevamente llegó a la final cayendo ante el equipo de Bélgica, que tiempo después fue despojado del título por haber falsificado las edades de algunos jugadores, con lo que Paraguay se quedó nuevamente (y en forma consecutiva) como Campeón Mundial de la categoría B1. La actuación (Francia - Lyon - 1994), fue también muy destacable, donde Paraguay consiguió un 4.º lugar. Luego de esos tres "Años dorados" de la selección Juvenil M19, Paraguay no ha conseguido otro logro internacional como estos.

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Selección juvenil de rugby de Paraguay - Wikipedia, la enciclopedia libre

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